“El Cardioxane lo busqué hasta el 15 de diciembre, pero ya era demasiado tarde”, padre de niño muerto

“Estuvimos con él hasta el último momento, tomando su manito hasta que dejó de apretar”, recuerda Richard Medina con la voz entrecortada. Su hijo de 3 años murió el lunes 14 de diciembre víctima de cáncer de pulmón en el Hospital Militar de Caracas. El caso trascendió esta semana y fue confirmado por Efecto Cocuyo tras difundirse en redes sociales un servicio público solicitado por la tía del pequeño, Adriana Medina, quien pedía Cardioxane, un protector del corazón necesario para los pacientes oncológicos que reciben quimioterapia.

El dolor de Richard Medina se siente más allá de sus palabras. Tiene los ojos aún hinchados del llanto y viste de negro. Pero no busca culpables: “No responsabilizo al hospital ni a los médicos, aunque sí señalo que las cosas allí han cambiado”. El padre denuncia que a diferencia de enero, cuando el niño fue diagnosticado y recibió su primera sesión de quimioterapia, en noviembre la atención fue distinta y desmejoró notablemente.

Richard Medina

Aunque los fármacos que le faltaron al menor de sus tres hijos no necesariamente le hubiesen evitado la muerte, está seguro de que lo hubiesen mantenido más tiempo con vida. Lamenta el tiempo que pasó buscando medicamentos de farmacia en farmacia, ese mismo que hubiese podido invertir en compartir con él sus últimos momentos.

El Cardioxane lo busqué durante todo noviembre y no lo conseguí sino hasta este martes (15 de diciembre) en Europa, pero ya era demasiado tarde”, relata bastante afectado. Su familia ubicó otros medicamentos a través de las redes sociales, en la Fundación Badan o en las farmacias de alto de costo del Seguro Social. “Estuve, por ejemplo, todo un día buscando antibióticos para combatir una bacteria”, recordó este jueves, 17 de diciembre, a las afueras del Hospital Militar de Caracas.

El llamado que le hace a las autoridades Medina es claro: “La salud es prioridad”. Aunque entiende que con esta denuncia su hijo no volverá, espera que la situación no afecte a otros niños.

Solo para militares

Cuando la familia Medina recibió el diagnóstico, el pequeño fue trasladado del Algodonal al Hospital Militar. El tratamiento que recibió para esa época, dice el papá, fue de satisfactorio. “En enero fue atendido excelente por todos los médicos de pediatría oncológica; en el lapso de 10 meses recibió quimioterapia e incluso el 16 de octubre estuvimos a punto de declararlo como un niño sano“, comentó.

Luego, en noviembre, el pequeño recayó y allí Medina empezó a percibir el cambio del que estaba advertido por versiones de pasillo: se dejaría de atender a los pacientes que no estuvieran afiliados; es decir, a los civiles. El 23 de ese mes el niño ingresó y el 28 colapsó por un problema respiratorio. “El oncólogo estaba de vacaciones y me dijo que lo esperara hasta el lunes, pero el tumor no estaba de vacaciones”, contó.

Después de hacerle esa quimio de emergencia no se le aplicó el refuerzo, porque las advertencias de los médicos era que podía resultarle perjudicial, a pesar de tener la autorización de los familiares. “Con la quimio del 28 de noviembre mejoró muchísimo, pero le negaron el refuerzo,. Decían que se iba a intoxicar, a pesar de que eso nunca había pasado”, explica Richard.

Este mes, por ejemplo, los hicieron esperar varias horas para asignarle una habitación aun cuando, asegura Medina, había muchas vacías. Además, tuvieron que esperar por la atención. Afirma que fue testigo del caso de una niña hospitalizadas a quien le negaron la atención oncólogica.

“Los militares están descontentos porque el subsisio de este hospital es del Ministerio de la Defensa, pero el presidente Chávez abrió las puertas para que pudiera entrar todo el mundo”, insiste Medina e indica que de un tiempo para acá el tratamiento a los civiles es peor o nulo. “A los civiles le dan un pañito de agua fría para la fiebre, porque prefieren guardar el antibiótico por si un militar se enferma”, señala.

En agosto de 2014, poco tiempo después de que la directiva fuera cambiada y Elsa Gutiérrez Graffe asumiera la dirección, abundaron las quejas y denuncias de que la atención a los civiles se estaba negando. La prensa local señaló el caso de Víctor Michelangelli, quien habría ingresado al hospital y dado de alta a pesar de no tener las condiciones correctas. El joven habría sido hospitalizado nuevamente hasta que finalmente murió el 23 de agosto luego de la complicación de una infección urinaria.